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Vivaz, fiel, audaz, seguro de sí mismo,
valiente, de apariencia feroz, aunque posee un cariño natural. Es
principalmente temperamental. Pero la influencia humana en estos
animales, consigue un bulldog adulto con su carácter notablemente
modelado por el adiestramiento basado en su genética. Como mascota y
animal de compañía en el propio domicilio, el bulldog inglés es un
ejemplar pacífico y gratificante, en contraposición a otros perros más
nerviosos, llamativos o inquietos, que constantemente se están haciendo
notar y reclaman nuestra continua atención.
Su adiestramiento no
resulta de lo más fácil, ya que su instinto e inteligencia natural no lo
predisponen para la obediencia ciega, sin embargo se han ido criando
para convivir con las personas como amables mascotas.
El bulldog
inglés es muy cariñoso con las personas y en su compañía se sienten
felices, no así rodeados de otros perros, con los que es muy reacio a
establecer lazos de amistad. Esta característica temperamental del
bulldog inglés es común a un gran número de razas caninas de combate que
se entusiasman con las personas que les rodean, pero son insociables
con otros animales de su especie.
A pesar de su famosa expresión de
amargado, los bulldogs son muy dóciles, pero a la vez puede moverse muy
rápido a distancias muy cortas. Son amables aunque a veces caprichosos,
la frase "terco como un bulldog" tiene vagamente sus raíces en la
realidad.
Los criadores han trabajado para suavizar el carácter más
agresivo de la raza; en la actualidad es un perro conocido por tener un
buen humor. Estos pueden ser muy apegados a la familia.